Cordobanes y Guadamecíes

La palabra cordobán equivale al cuero trabajado en Córdoba, y así se conoció desde comienzos de la Edad Media en el Occidente europeo. La voz Guadamecí, aunque originaria de la sociedad de Gadamés, limítrofe entre Argelía y Libía, es netamente española.

Los cordobanes eran cueros de cabra o macho cabrío curtidos en Córdoba en los primeros tiempos del Emirato árabe, cuya calidad los hizo famosos, y que por la extraordinaria demanda que había de ellos se trabajaron después en casi toda España y fueron exportados a Europa.

El guadamecí consistía en la piel de carnero curtida y más tarde dorada y policromada. Originario de Gadamés, adquiere prontamente carácter español y se hace también favorito en las decoraciones europeas.

El valor decorativo de uno y otro es totalmente distinto. El cordobán debe su fama a su duración y flexibilidad, es decir, a un sentido utilitario. Por ello, en el medievo los zapatos no alcanzaban su precio máximo si no se hacían con esa materia, y además en el mobiliario renacentista de estilo español, cuyas características son la sobriedad y la resistencia.

El guadamecí, por el contrario, ofrece en sus decoraciones la faceta brillante y fastuosa de nuestro temperamento. Su orientación ornamental sigue el ritmo de la evolución de nuestros estilos históricos. La tapicería de los muros, las cortinas y las alfombras se hacen de guadamecí. Los muebles se revisten de él, y aun en las iglesias, los retablos, frontales de altar y doseles se hacen de dicha matería.

El cordobán
El cordobán tuvo su origen en Córdoba, capital del Emirato, en la que los árabes conquistadores enseñaron a preparar, curtir, teñir y dorar el cuero.

Al-Maqqari nos explica algunos de sus usos cuando relata las innovaciones introducidas en la moda cordobesa por el músico Ziryab en la corte de Abderramán II: «Ziryab -dice- enseñó a los pobladores del Andalus a usar los vasos de cristal en lugar de los de oro y plata. A dormir sobre un blando lecho de cuero preparado, con preferencia a las mantas de algodón. A comer sobre pequeñas bandejas de cuero mejor que sobre mesas de madera, debido a la mayor limpieza de aquellas, siendo más fácil quitar la suciedad del cuero que de la madera».

El mismo escritor árabe, al describir la entrada triunfal de Abderramán III en Córdoba de regreso de una de sus expediciones guerreras contra los cristianos, dice que llamaba la atención de su pueblo «el rico arnés de cuero labrado y dorado con que llevaba enjaezada la yegua blanca del desierto que montaba». Los dos textos de Al-Maqqari, aunque breves, son suficientemente explícitos para darnos cuenta de que los musulmanes españoles trabajaban el cordobán, unas veces, en su aspecto utilitario, y otras, como elemento decorativo.

El cordobán hispanoárabe adquirió rápidamente máximo aprecio. Entre los regalos hechos a Carlomagno se hallan, según versos de Teodulfo, obispo de Orleans, cueros labrados de Córdoba.

Fuente:
Cordobanes y Guadamecíes de Córdoba. Manuel Nieto Cumplido
Publicaciones de la Excma. Diputación de Córdoba. 1973

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Talleres artesanales en Córdoba
http://www.cuerosghadames.com
http://www.meryancor.com
http://www.cordobanorse.com

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Casa Museo Arte sobre Piel Córdoba

http://www.artesobrepiel.com/

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3 comentarios

  1. I see again repeat over and over the mistakes and myths on Cordoba: cordoban is only tanned goatskin, that made Cordoba famous, and was imitated elsewhere in medieval Iberia (Portugal included). There is no cordoban in furniture, namely upholstery. Besides, badana and cow leather were also in the market.
    Guadameci has nothing to do with Ghadames. Do let me know from where you quot alMakari, and I now say the golden lether of the horse is simply goldfoil on leather – nothing to do with guadameci – which was also produced in Portugal (Lisbon, Coimbra, Evora, Vila Viçosa).

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