Este puño de espada anónimo, tiene 125 milímetros de largo; dos molduras transversales lo dividen y está labrado todo en ataurique de tallos enlazados y ondulados, con estrías, de hojas finas y rosas de cuatro pétalos, con botón central arriba y de cinco pétalos abajo.
Suponen algunos estudiosos que la mayoría de los puños de las espadas que se conservan, con los gavilanes hacia la punta, son del siglo XV y que muchas de ellas proceden de Granada, Pero estos puños de espada no pueden confundirse con éste del Museo Británico, al que no se asemejan en nada.
Las armas de Granada no tiene el puño de marfil sino de metal, con una pieza de marfil en la empuñadura; los motivos ornamentales de estas piezas, de lacerías granadinas y con la inscripción nesjí “Sólo Dios es vencedor”, no se pueden asimilar al ataurique cordobés, cortado a pico en labor profunda, estriados los tallos y con rosas de cuatro y cinco pétalos con botón central, que tiene el Puño del Museo Británico.
Esta joya por tanto, es cordobesa y de la primera mitad del siglo XI como asegura el autor del estudio Montoya Díaz.
Del libro «Marfiles Cordobeses» de D. Baldomero Montoya Diaz
Porque en la Córdoba califal, hasta en la guerra existía el lujo y la distinción. ¿Quién nos puede negar que esta empuñadura no sea de la espada del propio Almanzor, o de alguno de sus dos hijos? Nunca lo sabremos.