Estampas de Córdoba: El Alcázar de los Voltios

Con este pintoresco nombre es como era conocida la central eléctrica situada en el municipio de El Carpio, considerada uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura industrial andaluza de principios del siglo XX. La central forma parte de un proyecto de mayor envergadura que consta de una presa y un canal de comunicación entre ambas, llamado todo el conjunto «El Salto«. La historia del proyecto y posterior construcción es, de forma resumida, la siguiente:

Fachada oeste de la central
Fachada oeste de la central

En 1898 dos jóvenes ingenieros, Carlos Mendoza Sáez de Argandoña y Alfredo Moreno Osorio, instalaron un gabinete de ingeniería en Madrid, en el domicilio familiar del primero. Como primera opción ofrecían sus servicios de ingeniería civil a aquellos ayuntamientos que por la modestia de sus presupuestos no podían mantener un servicio técnico permanente. En realidad, lo que se pone en marcha es una especie de oficina técnica que desde los inicios, con la incorporación del también ingeniero Antonio González Echarte, se va a orientar hacia las diversas facetas de la producción, transporte y distribución de la energía eléctrica. Como dirección telegráfica se adopta el nombre de Men-ge-mor, acrónimo formado con las primeras sílabas de los apellidos de sus fundadores: Mendoza, González Echarte y Moreno.

En 1918, Mengemor obtiene la concesión de un salto de 3500 HP en El Carpio para atender las demandas de energía eléctrica de la pujante economía cordobesa de la época, aunque ampliable hasta 6000 HP. Mengemor acepta e indemniza al duque de Alba, propietario de las tierras donde habría de construirse dicho salto; el proyecto inicial, una vez reformado, quedó con una potencia instalada de 7000 HP, aunque quedaría por último con 10.500 HP, con un presupuesto de 7.5 millones de pesetas, aunque el coste final lo duplicara, 14.7 millones. El conjunto está integrado por una presa móvil de seis compuertas, una central eléctrica y una cámara estanque de almacenamiento de agua. Iniciadas las obras en 1920 se inauguró en 1922 siendo la potencia instalada de la central en aquel momento superior a la de todas las demás centrales juntas que tenia la Compañia.
Fachada este de la central
Fachada este de la central

Con un emplazamiento muy favorable, en un meandro del río de unos diez kilómetros, «El Salto» de El Carpio fue una obra ejecutada por administración por la propia Compañía bajo la dirección del propio don Carlos Mendoza, con el ingeniero don Antonio del Aguila como director de obras y la colaboración del arquitecto don Casto Fernández-Shaw, que consiguieron hacer del conjunto, presa y central, una obra admirable por diversos conceptos, incluido el de una adecuada integración de las construcciones en el paisaje. El salto de El Carpio favoreció en Mengemor el tránsito de unos clientes preferentemente mineros a otros urbanos, al incorporarse a su mercado el suministro de la ciudad de Córdoba.

Publicidad de la central en la revista Blanco y Negro del año 1933
Publicidad de la central en la revista Blanco y Negro del año 1933

La Central Eléctrica es un edificio construido con una preocupación estética, de planta rectangular y diseño de inspiración neomudéjar, especialmente en las bóvedas de las cubiertas, los accesos, las ventanas y las barandillas. En la cubierta posee dos torretas con cúpulas de roscas de ladrillo de un singular aire historicista y expresionista, además de algunos detalles entre los que destaca un balcón que da al Guadalquivir soportado por una cabeza de elefante a modo de ménsula, obra del escultor granadino Juan Cristóbal, con la que se pretende simbolizar los 10.500 caballos de potencia de la central. La fábrica está tratada con bloques a modo de sillares y es de destacar el diseño de las turbinas de fabricación extranjera, en uso desde su instalación.

Fachada sur de la central; detalle del balcón y el elefante
Fachada sur de la central; detalle del balcón y el elefante

La presa se sitúa en el Km. 3 de la carretera de Pedro Abad-Adamuz (CO-3107), en el río Guadalquivir. Ubicada en un lugar donde existían unas antiguas aceñas, dispone de dos estribos en ambas márgenes del río que nivelan el cauce con cinco contrafuertes interiores que soportan las contrapuertas y el piso del puente, subiendo sobre él para soportar la estructura metálica donde se sustentan las máquinas que accionan las contrapuertas. En el extremo de la margen derecha, un estribo se alza en arco sobre la calzada en forma de puerta. Aquí se alojan las escaleras de acceso a la cabina de control, rematada por una torreta octogonal, que tuvo una cúpula. Esta cúpula, el arco de herradura con alfiz, los grupos de simple o dobles ventanillas y los soportes de las barandillas de la calzada son de estilo neomudéjar.

Presa: Arco de entrada
Presa: Arco de entrada

Sus valores artísticos la hicieron merecedora en 1925 de la Medalla de Oro de la Exposición de las Artes decorativas de París y con posterioridad la presa “El Salto” fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Monumento, por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía en el año 2003.

Presa desde la orilla del río
Presa desde la orilla del río
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6 comentarios

  1. Después de lo de El Tabernero, Manuel Harazem, el Dr. Mabuse….y ahora, Vd. Mr. Werrybee.
    Cualquiera cuelga el primer post que se le pase por la cabeza!
    Qué nivelazo!

  2. Joderrrr!!!! Werrybee, aquí si que me has pillado pero bien. No tenía ni idea de la existencia de esta joya de la arquitectura industrial, pero ni idea vaya.
    En cuanto escampe estoy cogiendo la moto y pirándome a verla con mi cámara. Además seguro que será un buen momento para hacerle fotos.
    ¡Que caña! y el artículo de la prensa antigua no te digo, con esa ilustración en azules y ese nombre que parece el título de un relato de Poe o sacado del señor de los anillos… Mongemor… la fortaleza del trueno.

  3. Oh, really that’s a piece of flipping. Igual que tú, tabernero no tenía ni idea, las sorpresas de nuestro patrimonio son inescrutables. A mí lo primero que me ha venido a la cabeza, y el propio werrybee me entenderá porque es más cutrecinéfilo que yo, ha sido esa imagen supermegakitsch del elefante sujetando el balconcillo de Julieta. Pero no en ninguna producción caspoibérica, sino en la mítica Octopussy de la serie de 007. Hace años alcancé a visitar ese palacio situado en el centro del lago de Udaipur en una barca para evocar las escenas de esa peli, una de mis muchas inconfesables debilidades, pero después de ver ese balconcillo cordobés estoy seguro de que si lo hubiera conocido John Glen, su director, lo hubiera preferido al marmóreo elefante por el que Roger Moore accede al interior del palacio de la reina de los Pulpos.

  4. Gracias por vuestros comentarios. Aquí teneis una nota de prensa que refiere la inauguración de la presa por parte de Alfonso XIII:

    ABC 26 Abril 1922

    Hace años que vi Octopussy y no recuerdo la escena del palacio; el único elefante que recuerdo en el cine es el de Moulin Rouge.

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