Ibn ‘Idari nos dice que «En el año 170 de la Hégira el emir Abderrahmán mandó echar los cimientos de la mezquita aljama en la capital de Qúrtuba, y había en su lugar una iglesia y gastó en ello cien mil talentos.» Y también que:
«Abd al-Rahmán al-Dajil dio comienzo al derribo de la iglesia y a la edificación de la aljama en el año 169 de la Hégira. Su construcción, una vez completadas sus naves (Balat) y cerrados sus muros, terminó en el año 170 de la Hégira [=786-787] y todo se completó en el espacio de un año.»
(Ibn ‘Idari, Bayan II, pp. 229 y 230 del texto árabe y p. 378 de la traducción de Fagnan)
«Al conquistar los musulmanes al-Andalus ajustaron su conducta a lo que hicieron en Siria Abu’ Ubayda ben al-Yarrah y Jalid ben al-Wálid, con el beneplácito del Príncipe de los Creyentes ‘Umar, cuando expropiaron a los cristianos rendidos por capitulación la mitad de toda iglesia que poseían como, por ejemplo, la iglesia de Damasco y otras. Del mismo modo, los musulmanes expropiaron a los cristianos la mitad de la iglesia mayor que estaba dentro de la medina de Qúrtuba, bajo el muro, y a la que llamaban Shant Binyant, y edificaron en aquella mitad una mezquita aljama, quedando la otra mitad en poder de los cristianos, a los que les fueron demolidas las restantes iglesias de la capital de Córdoba.
Se contentaron los musulmanes con lo que poseían, hasta que se acrecentó su número, aumentó la población de Qúrtuba y se aposentaron en ella los príncipes árabes; aquella mezquita les resultó entonces insuficiente y se dedicaron a colgar en ella tribuna tras tribuna donde estaban con la cabeza baja, hasta que supuso para la gente un penoso trabajo entrar en la Gran Mezquita a causa de la contigüidad, la insuficiencia de puertas y lo bajo del abovedado del techo de aquellas tribunas, pues estaba éste tan cercano al piso que a la mayoría les era imposible ponerse de pie.
No cambió esta situación hasta que ‘Abd al-Rahmán ben Mu’áwiya al-Marwáni entró en al-Ándalus, se apoderó de su imperio y habitó en Qúrtuba, sede de su gobierno, la cual adquirió con él usos y costumbres de las grandes urbes. Se interesó por el asunto de la aljama, cuidándose de ensancharla y de perfeccionar su construcción. Convocó a su presencia a los cristianos más principales y les exigió la venta de la parte que poseían de la iglesia, pegada a la aljama, para incorporarla a ésta, remunerándoles por ello espléndidamente, en cumplimiento del pacto por el cual habían capitulado.
En un principio rehusaron vender lo que poseían, pero muy instados cedieron, pidiendo se les permitiera la reedificación de aquellas iglesias de las afueras de la medina que les habían sido demolidas, tras lo cual dejaron libre a los musulmanes la mitad que se les reclamaba. Así terminó el asunto en el año 168.»
(Al-Maqqari, Analectes 1, 368, traducción, M. Ocaña Jiménez, Al-Andalus VII)
«Allah la restituya. Y la medida de su dimensión, como lo que se contó en su historia.
Dijo el Señor de los historiadores, al-Razi, ¡Qué Allah le haya perdonado!: Refirió Ibn Utba de ‘Ubayd Alláh al-Zahrawi que a su vez lo tomó de sus sheijs. Que el lugar que hoy ocupa la mezquita de Qúrtuba era un foso profundo adonde los cordobeses arrojaban las basuras, animales muertos y carroñas. Y cuando vino Suleimán Ibn Daud -¡Para ellos la paz!- al país de al-Andalus, pasó a Qúrtuba y se estableció frente a ella, vio aquel foso y lo examinó. Luego le dijo a los yunnun: ‘taponad el lugar, lo nivelaremos y construiremos en él un templo donde se glorifique a Allah l’Ali’. Y ejecutaron los yunnun lo que les ordenó el enviado de Allah Suleimán. Y cuando acabaron el nivelado ordenó a ellos que construyeran un templo, y así lo hicieron. Y dispuso que el templo lo habitaran los banu israil y dispusieron en él las reglas de la Torah y de los Salmos. Y así quedaron hasta que Allah envió a saiddyna ‘Isá ¡Sobre él sea la paz! y se difundió el cristianismo y se convirtió este templo en una iglesia para los cristianos —¡Sirvan a Allah l’Ali en ella!- Y leyeron generaciones hasta que con quistó al al-Andalus el islam y entró Tariq ben Ziyad, mawlá de Musa ibn Nusayr y ordenó la construcción citada en la mitad de aquella iglesia. Así se hizo, permaneciendo la otra mitad de la iglesia en manos de los mozárabes (nasará al-dzimma). Y así continuaron las cosas hasta gobernó al-Andalus el iman ‘Abd al-Rahmán ben Mu’awiya al-Dajil, que compró la segunda mitad de la iglesia y amplió así la mezquita aljama excelsa, invirtiendo en su construcción cien mil dinares en peso.»
(Cita de «Anales de la Córdoba Musulmana» de Antonio Arjona Castro, tomada del manuscrito de Tamagrut editado del texto árabe por Hussein Monés en la Revista del Instituto de Estudios Islámicos de Madrid (1965-66), bajo el título de: Nueva descripción de la Córdoba Islámica, pp. 161-181 del texto árabe.)
Fuente: El origen de la Mezquita de Córdoba a traves de las fuentes arabes
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