La verdad, empiezo a asustarme con el trabajo emprendido, es absolutamente delirante la dispersión del patrimonio cordobés, está repartido por todo el mundo, afortunadamente allí dónde hay una pieza esta se convierte en protagonista por lo que yo creo que las primeras mil, las vamos a poder inventariar con rapidez, para el resto quizás necesitemos un siglo. Lo cierto es que el explendor de al-Andalus no ha desaparecido, simplemente ha sido expoliado sistemáticamente de su lugar de origen. Es una barbaridad lo que ha sucedido con Córdoba a lo largo de los siglos, esto habla también de la indolencia de su pueblo repoblado a lo largo de su desdichada vida. En fin, esto habrá que tomárselo con calma porque el tajo es largo y habrá que abordarlo con paciencia.
Aquí otra joya cordobesa en el Museo del Louvre. Un aguamanil procedente de Medina Azahara y que según reza la ficha del propio museo que os traduzco a continuación «es una de las mejores obras maestras de la colección del Louvre»
Ficha del Museo de Louvre para esta pieza:
Esta escultura zoomorfa es una de las mejores obras maestras de la colección del Louvre. El primer ejemplo Islámico de metal entró en el museo en 1824, lamentablemente, no se conoce cómo la pieza llegó a Francia.
Objetos zoomorfos se encuentran entre los más fascinantes ejemplos de la metalurgia de la civilización de al-Andaluz, el nombre árabe de la Península Ibérica durante el período de mandato islámico. Este pavo, orgullosamente de pie en ambos pies, con el pico abierto, es uno de un pequeño grupo de tres objetos similares. De los tres, es el único con una inscripción bilingüe en latín y árabe en su superficie. La inscripción da a la pieza la fecha de fabricación (972) y el nombre del artista, Abd al-Malik al-Nasrani ( «el cristiano»). Una pequeña lámpara en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid lleva una inscripción similar.
Es simplemente una maravilla.
¡¡OOHHH!!