121 capiteles cordobeses en la Giralda

El sábado pasado, tomando un té en casa del parroquiano Manuel, hablábamos de los temas que habitualmente también conversamos en esta tribuna. En algún momento salió el tema del Museo Imaginado de Córdoba, del que Manuel opinó que le parecía que estaba agotado porque ya habían salido el grueso de las piezas. Lo cierto es que me sorprendió mucho esa visión viniendo de una persona tan profundamente conocedora de nuestra historia y nuestra cultura. Por supuesto que rápidamente me dispuse a hacerle ver que no solo no era cierto, sino que en la actualidad el MIC apenas tenía ni un 10% del material que previsiblemente puede abarcar. Le aseguré que yo tenía localizado y pendiente de publicar al menos tanto como lo que a día de hoy está editado en nuestra página. De todo ello y para certificarle lo que le contaba, elegí un ejemplo rotundo y efectista que no dejara duda de lo que le afirmaba.

Si nosotros en el MIC, en este tiempo hemos inventariado una veintena de capiteles califales, solo la Giralda de Sevilla contiene en sus cuatro fachadas 121 capiteles arrancados de Medina Azahara. Otro buen puñado se hayan en los Alcázares sevillanos. Este expolio de restos tan masivo da una idea de la imponente calidad de la fábrica de Medina Azahara. Sus restos se extienden con la intensidad de las ondas en el agua por toda la geografía. Por el norte sus restos llegan a toda Europa y por el sur hay constancia de ellos en la ciudad de Marrakech.

Pero además esta incorporación de más de un centenar de capiteles califales en la torre de la Giralda, refuerza más si cabe las influencias cordobesas de esta torre icono de Sevilla. Si ya su primera construcción está inspirada en el minarete de Córdoba, como bien explica Manuel en su blog, la reforma cristiana para dotarla de campanario es adjudicada en concurso al arquitecto cordobés Hernán Ruiz que reforma también la torre cordobesa. Hay de una forma metafórica un hermanamiento de las dos ciudades escrita en piedra en esta torre sevillana.

He encontrado en la Fototeca de la Universidad de Sevilla (excelente por cierto pero escasa de referencias escritas) una gran colección de fotografías de muchos de estos capiteles. No parece que estén todos, aunque si es posible que el fotógrafo, que lo hace por encargo si hiciera el trabajo completo. José María González-Nandín y Paúl es el fotógrafo sevillano autor de las fotos en 1923. He encontrado muy escasa información biográfica sobre este fecundo fotógrafo (17.388 fotografías suyas hay en esta hemeroteca) que fue cronista gráfico de la primera mitad del siglo XX en Sevilla.

Así que por lo tanto, y como colofón, en un solo post acabo de multiplicar por seis el número de capiteles califales de los que da cuenta esta página. Pero además, como le comenté a Manuel, existe aun muchísimo material cordobés de todas las épocas distribuidos por todo el mundo. Como dije anteriormente, este acarreo tiene el rastro de las ondas en el agua; a más cerca del foco creador, más intensidad de vestigios.

EL PROCESO DEL SAQUEO DE MEDINA AZAHARA
El año 1010 empieza la «fitna» o revolución que acaba con el califato de Córdoba. Los berberiscos o moros mercenarios del ejército, asaltan y destruyen las grandes creaciones cortesanas y acosados por el pueblo cordobés se encierran en Medina-Azahara, donde cometen toda clase de depredaciones y en un colosal incendio acaban con la maravillosa creación. En el asalto final, los últimos pobladores de Azahara se refugian en la Mezquita, donde la soldadesca degüella sin piedad mujeres y niños, y después de seis meses de saqueo y muerte, salen camino de los puertos tratando de regresar a tierra africana.

Tras el gran incendio de la ciudad y tras el abandono de la misma por parte de los contingentes berberiscos se inicia su saqueo y destrucción, vendiéndose como chatarra por ineptos gobernadores de la ciudad los metales, como las chapas de las puertas y los canales de plomo. Un siglo después, en el período almorávide, se arrancaron columnas y piezas ricas para aplicarlas en lejanas construcciones. Otro siglo mas tarde, los almohades siguieron utilizando los materiales de Medina-Azahara allí donde levantaron sus grandes edificios, tanto en Sevilla, como en Marraquech. El Alcázar de Sevilla contiene gran cantidad de capiteles califales, que conservan las fechas y alabanzas a los califas cordobeses. En los ventanales de la Giralda sevillana se cuentan 121 capiteles procedentes de Medina-Azahara y solamente tres puramente almohades.

En 1555 se presenta el más antiguo proyecto de remate de la torre, proyecto que fué rechazado por el cabildo. Era su autor el arquitecto Diego de Vergara, Maestro Mayor de la Catedral de Málaga, y que proponía coronar la torre con un remate piramidal, de madera de roble, forrado de «planchas de aletón morisco y dado color dorado, lo cual relumbrará mucho tiempo». Dos años después, en 1557, el cabildo hispalense convova un nuevo concurso abierto entre arquitectos españoles para solucionar el problema del definitivo remate, y el 5 de enero de 1558 se aprobó el proyecto presentado por el arquitecto cordobés Hernán Ruiz Jimenez, el Joven, iniciándose de inmediato las obras del precioso campanario manierista, que se remató en 1565. Esta obra arquitectónica se vió completada, desde esta fecha, con el programa pictórico que, siguiendo las normas de Pacheco, ejecutarón el maestro Luis de Vargas y su equipo, y del que apenas si quedan vestigios en los paramentos de la torre.

Otro siglo mas tarde, los almohades siguieron utilizando los materiales de Medina-Azahara allí donde levantaron sus grandes edificios, tanto en Sevilla, como en Marraquex. El Alcázar de Sevilla contiene gran cantidad de capiteles califales, que conservan las fechas y alabanzas a los califas cordobeses. En los ventanales de la Giralda sevillana se cuentan 121 capiteles procedentes de Medina-Azahara y solamente tres puramente almohades.
Después de la conquista de Córdoba en 1236 por Fernando III el Santo, Medina-Azahara ya es solamente una lamentable ruina de la que se obtienen los sillares de sus muros para la construcción en Córdoba de iglesias, conventos, palacios y puentes. La ciudad palatina de Abderrahman había perdido hasta el recuerdo de su nombre y Ambrosio de Morales, el gran historiador y cronista de Felipe II, llegó a afirmar que las ruinas eran romanas, si bien Pedro Diaz de Rivas, cordobés contemporáneo, escribió un libro para demostrar que eran las del gran palacio árabe levantado por Abderrahman III.

Fuente de este apoyo: Francisco J. Castejón Calderón – Webislam

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12 comentarios

  1. Magnífico, Tabernero. No estoy en condiciones de referir en estos momentos citas o datos más o menos eruditos: traspasado mañana me la juego… Pero tenía conocimiento, no sé si fundado o no, o era mera habladuría chauvinista local, que el propio Ahmed Ibn-Basso, alarife de la mezquita aljama sevillana y de su famoso alminar, era también cordobés, como siglos más tarde lo fue asimismo quien coronó la estructura, Hernan Ruiz, como bien indicas. No sé de donde he tomado esa noticia. ¿Podría tirar alguien del hilo para solaz de este atribulado opositor en ciernes?

  2. Tampoco tenías por qué apabullar de esa manera, abusón! Es como si alguien dice: este año no va a llover más y al día siguiente tiene que salir con piragua de su casa.

    Realmente me he quedado anonadado. Sabía lo de los capiteles, pero no sé por qué, siempre había pensado, sin informarme debidamente, claro, que serían un puñado. Ahora tendrás que cumplir con tu amenaza y darnos un post MIC nuevo cada semana…

    Mabuse, no te preocupes que ya te he recomendado. Primero pensé en san Expedito, pero como es el de los imposibles me pareció excesivo, porque seguro que lo que tú necesitas es un simple soplo en lo más arduo del examen. Así que busqué a Santa Gema, la que por intercesión de mi madre me hizo aprobar más de un «hueso». Aunque la santa virgen y mértir estaba en el solarium del Cielo intentando broncearse la piel esa de muerta que le ponen siempre, accedió a echarte una mano.

    ParisGalgani

    • Qué bueno! Hace algunos años (bastantes), en mi peregrinar opositor por el camino de la Secundaria, llegó a mis oídos que mi mujer tenía una tía monja en Santa Marta. ¡Cómo no me lo dijiste antes!, le contesté. Fuimos a hablar con ella, conscientes de que podría realizar alguna recomendación para algún colegio privado o afín (los escrúpulos en caso de necesidad hay que dejarlos de lado). En fin, lo que hacen todos los que tienen una tía monja… Y va y me saca una estampita de San José de Cupertino, el santo que volaba. Pero esta de Santa Gema no tiene comparación. La imprimiré y la pondré, junto al DNI, de forma paralela a otra de San Rafael, que me consta que da también buenos resultados.

        • Bien traído el palabro ‘escapar’. Y ello debido precisamente a que he caído una vez más en la emboscada de un sistema a todas luces injusto que, a pesar de los tímidos intentos de racionalizarlo, sigue primando determinados elementos de juicio o evaluadores que no impulsan la iniciativa o el esfuerzo del empleado sino simplemente aspectos que por lo general devienen en actitudes ‘tocapelotas’ como la antigüedad.

          Sí, Manuel. He quedado segundo en la oposición, a tres o cuatro décimas del primero y a bastantes del tercero… pero sexto en la suma total del concurso-oposición. Y cómo daba la casualidad que eran cinco plazas… pues eso, he quedado a una sóla décima de este último. Lo de siempre. De los cinco que obtendrán plaza sólo uno, el primero, que también iba sin la metralleta cargada de prevendas, ha obtenido plaza. Chapó por él. Se lo ha merecido. Del resto me reservo la opinión y los calificativos. Por lo menos, exijo diploma olímpico ya que no medalla. Y a reclamar en lo posible mientras esté en plazo.

          No es el lugar adecuado para hablar de esto. Entendería perfectamente al Tabernero si borrase este comentario. En este lugar se viene a hablar de cosas bellas de verdad: de la Giralda, de Madinat al-Zahra, de Ibn Basso, de la familia Hernán Ruiz y de Alí de Gumara. En este sentido sigo buscando el origen del famoso alarife del alminar sevillano y algo creo haber encontrado… Pero reclamo desde aquí un minuto de silencio por todos los esforzados opositores que se quedan sin uñas y a veces sin pelo, quitándose tiempo, por lo general años, de sus vidas y las de los suyos, estudiando materias a veces horrendas, a veces vocacionales, para conseguir un puesto de trabajo. Porque no todos los funcionarios somos unos ‘tocapelotas’.

          Y a Santa Gema decirle que cómo me iba a ayudar si estaba GAFADA!! (En ese detalle no caíste, Manuel). Muchas gracias por tu interés (y el del Tabernero, of course).

        • Vaya! que putada, lo lamento Doctor.
          Tu destino parece que no estaba escrito ahí, seguro que te depara un sino mejor.

  3. Profundizando en la posible metáfora de hermamiento que supone la Giralda de Sevilla, me he encontrado un interesante dato sobre la torre que refuerza más si cabe esta idea-fuerza.
    Hernan Ruiz II, el artífice de la reforma del minarete murió el 21 de abril de 1569, siendo enterrado, por deferencia del Cabildo Metropolitano, al pie de la Giralda.
    Estos enterramientos, un tanto mitológico de enterrar al artista junto a su obra, ya la hacían los egipcios pero parece que en Andalucía también se estilaba pues también Pedro Duque Cornejo, autor de la sillería del coro de la Catedral de Córdoba está enterrado a los pies de este.

  4. El fenómeno de expolia en época almohade es muy fuerte. Un único individuo, llamado Imb B§àa, obtuvo los derechos de explotación de los expolia omeyas en época de Inb al-Saqq§» (muerto en el 1063. Por lo que el comercio de materiales de expolia arquitectónicos (no solo capiteles) fue generalizado y organizado por el Estado Almohade. La mayor parte de estos expolia fueron a Sevilla. No sólo hay capiteles en la Catadral de Sevilla, sino en los RRAA, y en la mayor parte de los palacios almohades de Sevilla, y el Magreb.

    Consulta los artículos de:

    Bermúdez: Capiteles precalifales en el Palacio Mudéjar del Rey Don Pedro: tipos, talleres y reempleo (ROMVLA nº3)

    Cressier(1994): “Diffusion et remploi des chapiteaux omeyyades après la chute du califat de Cordoue. Politique architecturale et architecture politique” , VIe Colloque international. L’Afrique du Nord antique et médiévale. Productions et exportations africaines. Actualités archéologiques, CTHS, Paris, (1994), p. 159-187. Paris, 211 246.

  5. José Manuel, muchas gracias por los enlaces. Por lo que he podido leerlos son bien interesantes. La pena es que no los encuentro completos en la red para leerlos y me he vuelto muy cómodo, casi que considero que si no está en la red, no existe.
    Ahora! que su búsqueda me ha dado algunos premios. Como este que dejo aquí para que Manuel se tome nota y en sus visitas a esta ciudad, intente traerse unas fotografías de ellos.

  6. Bueno, la verdad es que C. siempre me anima a que me haga pasar por musulmán y así poder entrar en las mezquitas marroquíes. La verdad es que podría hacerlo porque me sé bastantes abracadabra de la religión islámica, por supuesto sorteando más o menos las sospechas de los guardianes, pero la posibilidad de ser descubierto y obligado a enseñar las pruebas, es decir mi necesaria condición de circuncidado, siempre me echa para atrás. No por vergüenza, sino por si una vez descubierto se empeñan en hacerme la sencilla operación allí mismo, con un cuchillo mojoso y una mugrienta kufía como venda.

    Así que os vais a quedar con las ganas de que me arriesgue a entrar por tol morro en la Mezquita de la Qasbah marraquechí para que vosotros podáis ver unas fotitos de unos capitelitos.

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