Ya hace unos meses, dábamos cuenta en esta taberna de la aparición de un ingenio hidráulico que de repente brotó en la Fuente del Olivo del Patio de los Naranjos, ante la sorprendida parroquia que pensó se trataba del nuevo espectáculo multimedia que por fin se inaugura el mes que viene. Entre todos pudimos ponerle nombres y apellidos a aquel engendro, que resultó ser un decimonónico juguete hidráulico que más tarde, hemos podido dar fé de que efectívamente en fotografías de finales del XIX aparece el citado ingenio.
Pero cual ha sido mi sorpresa, cuando en mi general escarbe ratonero (no veo fútbol y me entretengo en esto) he encontrado esta deliciosa foto en la que ¡¡Eureka!! me he topado con otro ingenio hidráulico en la misma fuente. Es una novedad que viene a cambiar incluso el criterio del anterior. Pues si hay dos, igual hay tres.
Este es especialmente bello, o al menos a mí me lo parece. Es una campana invertida, hecha de malla, no se si de mimbre o de alambre, que contiene en su interior varias bolas (supongo que de colores). Estas se remueven con la fuerza de el agua y en su natural gravedad, van a parar justo encima del pitorro que las lanza hacia arriba (muy oportuna la foto). Algunas de estas bolas quedan graciosamente suspendidas por el chorro durante varios segundos, haciendo las delicias de los parroquianos mientras esperan que los cántaros se llenen.
Tengamos en cuenta dos cosas. Esta fuente era centro de actividad de los vecinos, siempre animada por el trasiego del agua, era un punto de encuentro de las cordobesas sobre todo. La animación está más que justificada. Por otra parte la fecha: 1880. En estos tiempos la humanidad está descubriendo la máquina, es el tiempo de los inventos y del ingenio como recurso vital. Quien más y quien menos es inventor o al menos juega a serlo. Las oficinas de patentes echan humo, todos los días se registran ingenios en todos los ámbitos de la vida. Es también la época de los juguetes autómatas, están de moda las ideas.
Y se ve que en este ambiente, hay un personaje en la Mezquita de Córdoba que también es atraído por los ingenios, y al que no estaría nada mal ponerle nombre y apellidos. Me ha picado mucho la curiosidad con este asunto al descubrir que el juguete no era un hecho aislado, seguiré indagando y ya os contaré.
El dia siete de Diciembre, me desplaza de Valencia a Cordoba en plan de turista, y cual fue mi sospresa
que me encuetro con este artilugio que funciona con agua a presion.
Intrento buscar algun plano del desarrollo o mecanismo del mismo pero no encuentro.
Agradeceria mucho si esto existiera me mandara alguna razon . Quedando muy agradecido le saludo le saluda atentamente su a migo JUAN
9-12-2010