'Woman from Cordoba' o el eterno femenino. Thérèse Schwartze

En ocasiones, en demasiadas ocasiones, la exploración de los fondos documentales que se almacenan en la web produce un alto grado de desconcierto en quien los encuentra. Objetos, textos, piezas artísticas que siguiendo las leyes de la lógica no deberían estar en un determinado lugar o formar parte de determinadas colecciones aparecen inopinadamente, de forma burlona y, a veces, desafiante.

No consta en cualquiera de las biografías de la artista holandesa Thérèse Schwartze (1851-1918) que ésta realizara periplo alguno por España. Tenemos constancia, sin embargo, de otros viajes de carácter académico, tales como los efectuados a Munich, en donde fue alumna de dibujo de Gabriel Max y Franz von Lenbach, o Florencia, en donde tuvo el honor de ser la primera mujer que colgaba un retrato en la Galería de los Uffizi.

Woman from Cordoba, Thérèse Schwartze.
Woman from Cordoba, Thérèse Schwartze.

Es por ello que produzca un cierto desasosiego escrutar el origen de esta mujer cordobesa que constituye el objeto del artículo de hoy. Descartada la posibilidad de que Thérèse realizara un viaje a la ciudad andaluza, deberíamos barajar la hipótesis de que aquélla joven viajara a Ámsterdam. Una precursora de las estudiantes Eramus, dirían algunos. Abrimos desde hoy una línea de investigación que nos deberá conducir a la identidad de esta joven from Cordoba.

Thérèse Schwartze nació en Ámsterdam en el seno de una familia de gran tradición artística. Su padre, Johann Georg Schwartze, también fue pintor, así como su hermana Georgine y las hijas de su hermana Clara Theresia, Lizzy Ansingh y Sorella Ansingh. Se casó en 1906 con el editor del periódico Handelsblad, Anton van Duyl, de ahí que en varios catálogos artísticos figure como Thérèse van Duyl-Schwartze. Varias de sus obras están en el Rijksmuseum y el Museo Histórico Judío de Amsterdam.

Three girls from the Amsterdam Orphanage. Thérèse Schwartze, 1885.
Three girls from the Amsterdam Orphanage. Thérèse Schwartze, 1885.
Portrait of Lizzie Ansingh. Thérèse Schwartze.
Portrait of Lizzie Ansingh. Thérèse Schwartze.

Mientras tanto, mientras que llegamos a nuevas conclusiones o, en su defecto, hipótesis, admiremos la impar gracia de estas otras jóvenes cordobesas más o menos coetáneas a la misteriosa dama retratada.

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3 comentarios

  1. No descartes tan rápido que no estuvo en Córdoba.
    Es habitual que estos datos no estén en la biografía, no se, habría que profundizar más en su vida, sus amistades… buscar la posible relación. Veré si encuentro algo.
    El dibujo es magnífico, impresionante.

  2. Descarté su presencia en Córdoba porque en su producción, que es extensísima, no hallé referencia a algún indicio español. Por eso ‘envié’ a la cordobesa a Ámsterdam, que no deja de ser también algo peregrino.

    Habría que hacer otro tipo de análisis, basándonos en el papel de la mujer en las Artes en la Europa de su tiempo. Estamos ante una mujer que retrata a otra mujer. Y eso no deja de ser ‘avanzado’, incluso para la época, obviando por un momento el extraordinario caso de Rosalba Carreira en el XVIII, la primera mujer, por orden cronológico, que aparece tímidamente en cualquier manual de Historia del Arte.

    La verdad es que ni me parece corriente que una cordobesa fuera a Holanda por aquel tiempo, ni que una mujer de aquel país viniera a Córdoba a retratar a alguna lugareña. Además, si fuera un retrato realizado a alguna amiga o simplemente por encargo, lo lógico es que hubiese titulado la obra con el nombre de la retratada, al igual que hizo con el resto de sus retratos. Y además, ¿por qué fue hecho a modo de dibujo? ¿Y por qué grafió el título en la obra?

    No tengo ni idea, Tabernero. Pero sería interesante encontrar alguna luz en este misterio.

    Mugaisma, Lamalgama, ¿no visteis a esta señora por Ámsterdam? Mira que la tuvisteis cerca.

  3. Yo creo que la señora cordobesa pudo ser del «taco gordo» -por el porte y el chal que lleva se ve que es toda una señora-, viajó a Holanda junto a su marido, por motivos de placer o de «trabajo» y allí conocieron a Therese por medio de amigos comunes, y a la pintora le resultó exótica dibujarla mientras tomaban el té y unas pastas, y como ni ella sabia español, ni la cordobesa holandés, y jamas se volvieron a ver, pues por eso solo lo tituló «mujer de Córdoba»
    Por cierto, antes de Rosalba ya teníamos en Andalucía otra artista: La Roldana, que llegó a ser imaginera de cámara.

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