Rafael Garzón: un feliz hallazgo

Recuerdo que Sacunda se estreno en la Calleja con un interesante post sobre el fotógrafo Rafael Garzón. Desde entonces tengo pendiente en mi cabeza darle la réplica al artículo, ya que siempre me ha interesado la figura de este pionero de la fotografía en Andalucía. De natural vago como soy, un día por otro he dejado el asunto, si supierais la cantidad de post que pienso y luego no escribo, no os lo creeríais.

Mira por donde este feliz hallazgo me va a dar la excusa para aportar un granito más a la historia de este insigne fotógrafo. Soy fetichista y coleccionista, que le vamos a hacer, es un defectillo que tengo. Cuando paseo por Córdoba, que es siempre que puedo, incluyo en mi ruta a alguno de los anticuarios y chamarileros que aun en la ciudad ofrecen sus mercancías, y de cuando en cuando la fortuna me sonríe. Ayer visité a uno de ellos, después de husmear en sus empolvadas montañas de cacharros y papeles, después de charlar un rato con el y cuando ya me disponía a marcharme, me fijé en un montón de fotografías y revistas que había encima de una silla, las manosee un rato hasta encontrar en el fondo un viejo marco que contenía esta foto que os muestro. Llegue a un acuerdo con su vendedor y me hice con ella por una módica cantidad. Me lleve también un buen puñado de tarjetas postales de Señán y de Garzón, de todos conocidas, pero de las que me hacía ilusión tener los originales.

La fotografía en cuestión está hecha por encargo, el trampantojo de la mezquita es el que había en la calle Triunfo 127. Es de principios del siglo XX por lo que acaba de cumplir un siglo, su tamaño total es de 28×34 cm, es una fotografía en papel a la albúmina pegada sobre cartón con el membrete del fotógrafo que lo fue de la Casa Real. Es sin duda un documento único y muy interesante de la historía de la fotografía en Córdoba, pero además es doblemente interesante ya que la foto está iluminada por unas manos muy expertas, que yo creo que son las del propio fotógrafo. Os pongo un detalle para que aprecéis la calidad del coloreado, que hace que la foto parezca una pintura. Estoy absolutamente feliz por el hallazgo y por poderlo disfrutar en las paredes de mi modesto gabinete de estampas.

Y para completar este artículo os brindo esta fotografía que tomé allá por 1980 de las casas donde trabajaban estos fotógrafos en Córdoba, podéis apreciar que el estudio de Señán aun mantiene el rótulo y los expositores de fotos de la entrada. No se si aun mantenía actividad como negocio de fotografía. La foto está tomada y revelada en cuarto oscuro por mí.

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8 comentarios

  1. Ahhh que envidia! ¿No sería en el puesto de la Corredera de al lado de la droguería…? Allí siempre tienen las típicas postales de Señán y cuadros sesenteros de ciervos tipo bambi. Que suerte encontrar algo interesante. Enhorabuena que sé lo que se siente.

  2. AH! se me olvido comentar que analizando la foto en profundidad y con lupa, descubrí un cabello incrustado en la capa de pintura de la fotografía. Por lo que creo que me he convertido también el el propietario del ADN del autor de la foto. Ahí quedará para que en un milenio venidero alguien pueda reproducir su persona y clonarla para que nos cuente como fue aquel siglo de las luces. 🙂

  3. Al toparme con una acuarela que representa la plaza del Triunfo no he podido resistirme a comparala con la tuya, Tabernero. Su autor, el londinense Robert Tyndall, ilustrador, por ejemplo, de obras de Enid Blyton y de otros muchos. La obra la tituló Bus Stop, Cordoba. Otro viajero más para la colección.

    Robert Tyndall. Bus Stop, Cordoba.

  4. El dibujo que tú no encuentres, Mabuse, es que no existe.
    Mira la trasera de esta tarjeta. El fotógrafo Rafael Garzón se instaló en la vieja casa de la esquina y cuando el negocio le fue bien construyó esas casas. Sería interesante saber el año exacto.

    • Deduzco que debió ser un gran adelantado para su época, ya que la apertura de idiomas es algo que en esta ciudad cuesta sobremanera, y el gachó este ya lo hacía en los tiempos del catapum, lo que nos debe hacer pensar que la ciudad ya era turística por aquel entonces y que lo de las pernotasiones no es invento de nuestros venerados promotores turísticos.

  5. He encontrado algo de los fotógrafos Señán y Garzón; al parecer eran socios pero se separaron legalmente el 31 de enero de 1904. Copio:

    «Tras la ruptura, Señán abre un nuevo estudio en Granada: La gran mezquita de Boabdil en la calle Alhambra 45 y decide exportar el negocio a Córdoba a la plaza del Triunfo 129. Por su parte Garzón además de abrir estudio en la misma calle Alhambra 14 instalará sucursales de su galería en Sevilla, en la calle Méndez Núñez 5 y en nuestra ciudad La casa del Califa en la plaza del Triunfo 127 en el local contiguo al de su antiguo socio»

    Más adelante encuentro lo siguiente:

    «El estudio cordobés de Garzón es aún hoy en día, al igual que la galería de Señán, muy conocido en la ciudad al conservarse el edificio de moderna decoración califal junto a la Mezquita, casas que más de un turista aún toma hoy por coetáneas del templo Omeya»

    El libro del que procede esta información incorpora una fotografía del estudio de Señán hacia 1900 y otra fotografía de los estudios de Garzón y Señán hacia 1920; en esta segunda fotografía se puede apreciar una escalera de mano y lo que puede ser un rudimentario andamio de obra, así que ya casi tenemos el año de construcción.

    Por último añadiré que el cine ha dejado para la posteridad estas casas aquí:

    Estudio de fotografía de Señán

  6. Se me olvidó el título y autor del libro:

    «La mezquita de plata» de Antonio Jesús González Pérez.

    Por cierto, a mí también me encanta bajar a la Corredera y pasearme por los portales de los vendedores de cosas antiguas (perdonad que no las llame antigüedades). Cuando había mercadillo los sábados me gustaba meterme por entre los puestos de los gitanos y verlos y sobre todo escucharlos hablar y también gritar su mercancía. En las esquinas opuestas a los arcos de la plaza hay dos lugares donde encontrar cosas interesantes; yo compré allí una radio Telefunken a válvulas por 8000 ptas. que aún funciona y que enciendo de vez en cuando solo para escucharla y ver el brillo de las válvulas.

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