Todos conocemos al grabador neerlandés Maurits Cornelis Escher (1898-1972) por las obras que le han hecho famoso: Cóncavo y convexo, litografía de 1955, Belvedere, litografía de 1958, Cascada, litografía de 1961, Escaleras arriba y escaleras abajo, litografía de 1960 y otras, en las que representa mundos imposibles y simultáneos. Este estilo surgió en el autor en una etapa final de su vida en la que pretendía plasmar mundos de tres dimensiones en dos y aprovecharse de las desventajas que esto conlleva.
Sin embargo, en una etapa anterior a su vida hubo otra faceta artística que le quitaba el sueño: la partición periódica de la superficie, o sea, rellenar completamente un plano de figuras reconocibles. El trabajo mejor logrado de este periodo es sin duda el grabado en madera Ocho cabezas, de 1922. En una sola plancha grabó ocho cabezas humanas de perfil, cuatro cabeza arriba y cuatro cabeza abajo, de tal manera que si vemos el grabado en una posición veremos cuatro cabezas pero si lo giramos 180 grados veremos las otras cuatro. Además, si copiamos el grabado cuantas veces queramos los podemos ir pegando uno junto al otro sin solución de continuidad.
Hasta 1926 todo parecía indicar que estos ensayos pertenecían a un periodo juvenil concluido, pero a partir de esa fecha y después de una rápida visita a la Alhambra de Granada, Escher se esforzó por conferir una estructura rítmica a sus dibujos, pero los resultados no fueron satisfactorios: Todo lo que consiguió hacer fue dibujar unos animales deformes de gran fealdad y además el hecho de que la mitad de estos animales andasen en sentido inverso le disgustaba particularmente.
A nadie le habría sorprendido que después de tantos fracasos Escher se hubiese convencido de haber ido a parar a un callejón sin salida. Durante diez años el tema de la partición regular de la superficie constituyó entonces un tema tabú.
Sin embargo, en 1936 Escher volvió por España acompañado de su mujer, Jetta; este viaje influyó en gran medida en su producción posterior. Está documentado que con su mujer volvió a visitar la Alhambra de Granada, cuyos ornamentos estudió detenidamente, pero también visitó Córdoba, y aunque en los libros que yo tengo no dice nada de esta estancia, apuesto la multa de Sandokán a que también estuvo copiando los motivos de la Mezquita, asistido por su mujer, para estudiarlos luego con detenimiento una vez de regreso a casa. Así fueron puestos los cimientos de su obra pionera en el campo de la partición periódica de la superficie.
De su segunda estancia en España Escher guardó un mal recuerdo: un malentendido provocó una estancia de varias horas en la cárcel. Al estar dibujando en Cartagena las viejas murallas que corren por la colina, fue visto por un policía que consideró sumamente sospechoso que un extranjero dibujase las instalaciones de defensa de la ciudad, tomando a Escher por un espía. Tras ser llevado a comisaría, le fueron confiscados todos sus dibujos. Una hora más tarde y después de perder el barco de regreso, Escher fue puesto en libertad aunque no pudo recuperar los dibujos.
Escher leyó libros sobre ornamentos así como tratados matemáticos que no entendió. Solo las ilustraciones, que copiaba o reproducía en esbozo, le fueron de utilidad. Por fin se dio cuenta de lo que andaba buscando. En 1937 elaboró a grandes rasgos un sistema bastante práctico que más tarde, entre 1941 y 1942 fijaría por escrito. Entretanto ya había aplicado profusamente sus descubrimientos en sus dibujos de ciclos y metamorfosis.
Explicar en este artículo el proceso completo sería bastante largo y pesado pero en resumen las reglas de la partición son tres: traslación, rotación y reflexión. Una característica singular de las particiones de Escher es que los motivos elegidos por él siempre representaron algo concreto. A este respecto escribió:
«Los árabes alcanzaron una gran maestría en el arte de rellenar superficies con figuras que se repiten sin dejar un solo hueco libre. Así lo hicieron en la Alhambra, donde decoraron paredes y suelos con mayólicas multicolores. Es lástima que el Islam prohiba las imágenes. Por ello, en sus mosaicos se limitaron al empleo de formas geométricas abstractas. Ningún artista árabe se atrevió a usar figuras reconocibles – por ejemplo pájaros, peces, reptiles, hombres – como elementos decorativos (o tal vez ni siquiera se les ocurrió idea semejante). El ceñirse a las formas geométricas me resulta tanto más inadmisible cuanto que la posibilidad de reconocer las figuras es para mí el motivo principal de mi permanente interés en la materia»
El siguiente grabado ilustra de una manera muy intuitiva lo que Escher quiso decir:
Para finalizar, aunque no pertenezca a esta serie de grabados, la ilustración que abre la entrada muestra unos detalles interesantes en el arco de la izquierda (las dovelas bicolor) y en el patio de la derecha (la palmera). Adicionalmente el propio Escher confesaba que si bien no le interesaba el arte Barroco o Renacentista, se sentía fascinado por los paisajes del sur de Italia y por las casas de estilo árabe, aquellas estructuras con arcos, escaleras y tejados semiesféricos, como muestra este pequeño cortijo:
Nene! este artículo es fantástico, muchas gracias.
Recuerdo que cuando montábamos los primeros talleres de arte contemporáneo en Córdoba, Luis Rodriguez, a la sazón entonces teniente alcalde de cultura, me comentó que un equipo de esta fundación que guarda el legado de Escher, había visitado la ciudad buscando sinergias que conectaran la actividad cultural de Córdoba con esta fundación, que por cierto es una de las más ricas de Europa. Hazte idea de lo rentable que son aun los derechos de autor de este maestro mundial de la ilustración y de la geometría.
Aquello parece que solo dio para un viaje a gastos pagados por los territorios de Escher de unos muy pocos elegidos y pare usted de contar.
Lo recuerdo porque a mí aquello me dolió. Me jodió, me enfade mucho cuando vi la oportunidad perdida, y además porque valoro a este maestro tanto que también yo he buscado las conexiones con Córdoba y sus trucos geométricos.
Mira, te pongo aquí dos resultados con el dibujo que utilizas para abrir este artículo. He buscado los ejes donde Escher construía sus engaños visuales y he volteado sobre esos ejes la imagen reflejada. Para mi sorpresa, los resultados continúan siendo fantásticos y coherentes. Lo he hecho con un montón de sus dibujos y siempre es igual. Es fascinante, en realidad he jugado con ellos.
Me temo que no, porque esto lo hice hace muchos años y trabajé con pequeñas imágenes.
Lo que si puedo es subirte más dibujos, porque tengo un montón. Ya te dije que fue un divertimento.
¡Yastás tardando!
Joder tabernero, el resultado de tu volteo es casi más genial que el del propio Escher, ¿podrías ponerlo más grande?
Dan ganas de quedarse uno en su casa y no entrar a tomarse nada en esta Taberna virtual.
Ya lo he dicho más de una vez, con gente como vosotros no sale uno de un complejo cuando entra en otro. Al final depresión.
Enhorabuena por el trabajo, y por la réplica.
Werrybee estoy en deuda contigo por lo de Ursus, no creas que me he olvidado. Intentaré buscar información fidedigna del vecino extra.
Esto es muy bueno. ¿Por qué no lo vi hasta ahora? Antes no estaba este artículo.
Pues no lo has visto porque su autor lo ha tenido en borrador mientras lo ha elaborado, por lo menos una semana. En algún momento lo ha publicado sin querer y luego lo ha retirado (pude ser yo) con lo que ha perdido la portada. Es por eso también, por lo que le añadí el primer comentario, ya que suponía que os podía pasar inadvertido.
Qestasentó joio 🙂
Gracias por vuestros comentarios.
El artículo estuvo en gestación mientras buscaba y subía las ilustraciones y lo publiqué un día en el que ya se habían publicado otros, de manera que se coló entre el último de ese día y el primero del día anterior. No le di más importancia porque pensé que el blog funciona así.
La verdad es que con las obras de Escher se pueden hacer mil cosas, desde partirlas, copiarlas, doblarlas, reflejarlas, invertirlas y ahora con las posibilidades informáticas fusionarlas, retorcerlas, colorearlas, etc.
Los trabajos de Escher nunca dejan de sorprender.
Si es que me pillas mu liao… bueno venga… te subo otros, pero tengo más. Esto es lo que se viene a llamar Geometría Dinámica, una cosita que los árabes inventaron con los azulejos antes de que el hombre blanco y euclidiano lo bautizara con ese nombre.
Por casualidad me encontré con este enlace de la Universidad de Granada que contienen la mayor parte de las ilustraciones de Escher. Aquí lo dejo para disfrute de quien plazca.
Interesante página. El catálogo de obras y tamaños es impresionante.