Más botes y arquetas de marfil del taller de Medina Azahara

De las piezas artístico-arqueológicas de factura cordobesa desperdigada por los museos y colecciones privadas del mundo las más llamativas y originales son sin duda las arquetas, botes y placas fabricados en marfil a los largo del siglo X en los talleres de Medina Azahara.

Así, como en otro tipo de piezas la adscripción estrictamente cordobesa de su factura presenta más problemas en el caso de los botes y arquetas califales parece (o al menos yo no he encontrado datos) que los talleres se ubicaron en el propio palacio de Madina Azahara y su uso estaba restringido a la estirpe real.

El Tabernero ha aportado del Metropolitan Museum of New York el famoso pyxis y la placa tallada. Jerónimo del Victoria & Albert Museum de Londres dos arquetas, una de ellas con herrajes de la Edad Moderna pero en muy buen estado y Mabuse el bote de la catedral de Braga.

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Cofre califal que se exhibe en el Victoria & Albert Museum de Londres

Pero como todos sabéis o podéis suponer hay muchos más. La investigadora Noelia Silva Santa-Cruz los estima en total en una veintena. En el propio territorio nacional yo tengo localizados varios.

En el Museo Arqueológico Nacional encontramos un de los más hermosos, el Bote de la Catedral de Zamora, redondo, con su tapa y su broche fechado en 960, llamado así porque allí se encontró a principios del siglo XX.

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A la izquierda el Bote de la Catedral de Zamora que se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional. A la derecha el Bote de Mughira que se exhibe en el Louvre

En una colección privada también en Madrid se encuentra una arqueta de la que no tengo demasiados datos.

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Arqueta de marfil perteneciente a una colección particular de Madrid. Esta foto tiene copyright perteneciente a la página http://www.oronoz.com/leefoto.php?referencia=184175&usuario=

En el Instituto Valencia de Don Juan de Madrid existe una arqueta conocida como Arqueta Argaiz por haber pertenecido a esa colección durante mucho tiempo. La tapa es plana y es extremadamente parecida a otra que se conserva en la iglesia de Santa María de Fitero (Navarra) y aunque en la Argaiz no aparece el nombre del autor sí que lo hace en la de Fitero, por lo que pueden atribuirse a ambas al mismo artista, el maestro Halaf. La profesora Silva Santa-Cruz en una pequeña comunicación las relaciona a ambas y a la caja de juegos también de marfil de la misma época que se guarda en el Museo Provincial de Burgos. También elucubra sobre la posibilidad de que estuviera destinada a la princesa Wallada una de las hijas de Abderramán III.

Otra pieza sublime es la famosa Arqueta de Leire que se guarda en el Museo de Navarra de Pamplona, sin duda la más hermosa pieza de la eboraria califal cordobesa.

En Nueva York, en los fondos de la Hispanic Society se exibe también otra arqueta con la firma del maestro Halaf, hermana pues de la de Fitero.

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A la izquierda bote califal que se exhibe en la Hispanic Spciety de Nueva York. A la derecha caja de juegos de marfil que se exhibe en el Museo Provincial de Burgos

En el propio Victoria & Alberto Museum de Londres existe otro bote más, este bastante deteriorado, y que responde a los mismos cánones que los demás. AQUÍ puede verse una imagen del mismo.

En cuanto a París, en el Louvre se exhiben dos piezas cordobesas de marfil, el bote de Almughira y una arqueta tallada con motivos esclusivamente florales.

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Y aunque no esté construida en marfil, la arqueta de madera y plata fechada en 976, llamada de Hisham II que se conserva en el Museo Diocesano de la Catedral de Gerona es otra maravilla.

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Arqueta de madera y plata conservada en el Museo Diocesano de la Catedral de Gerona

Como complemento recomiendo la lectura de ESTE PEQUEÑO ESTUDIO de la figura de los músicos en la época del califato a través de los bajorrelieves, principalmente de los labrados en las piezas de marfil salidos de los talleres áulicos cordobeses.

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6 comentarios

  1. Mare mía Harazem! perdío en todo el fin de semana tabernero-cultural pero bien cierto en el asomo.

    Me extrañaba q no aportaras nada y esperaba algo así de forma inminente. Me dije: en cuanto vuelva de la excursión del finde verás.

    me alegro no haberme equivocado.

    saludos culturales a tod@s

  2. Pues sí, querida Lisis, demasiado perdido, en el sentido físico y en el moral. Fiesta en el campo campestre, un medio al que no estoy demasiado acostumbrado. Y el domingo pagué las consecuencias. No sabía yo que las margaritas, las amapolas, los jaramaguillos y otras hierbas más o menos floridas que tuve que pisar produjeran esa terrible resaca bajo cuyos efectos me atreví a hablar de cajitas de marfil. De todas formas es sólo un apunte, en cuanto formalicemos lo del museo, me comprometo a currarme una ficha de pieza por pieza, a ser posible con traducción de los textos en algunas de ellas escritos.

  3. En el 2005 estuve en el Louvre y pude ver varias piezas cuyo origen era Medina Azahara, he mirado en la web del museo y no he encontrado casi nada, seguramente las tendrán en depósito y no las muestran todas, pero yo las vi, me quedé sorprendido que las mejores piezas de nuestro pasado estuvieran alli y aquí, en nuestro museo «arqueoilogico», solo tengamos algunos capiteles y unas colecciones de monedas…

  4. Quizás habría que incluir algunos datos al hablar del «patrimonio perdido» cordobés. Me refliero al momento en que salieron de la ciudad y, especialmente, a si esta salida es «histórica» o reciente. En el caso de los marfiles, la teoría de la dispersión de este conjunto parece clara hoy en día. Tenemos una serie de piezas de origen cordobés, muy posiblemente salidos de los talleres de Medina Azahara, que tras la «fitna» y desintegración del califato terminaron como relicarios en las catedrales de la mitad norte de la Península. De ahí el origen «catedralicio» de la mayor parte de las piezas conocidas. Por otra parte, a lo largo del siglo XI también se crearon talleres más o menos «taifas» en diferentes lugares, dando origen a piezas que, a pesar de una relación muy clara con las piezas califales, ya no lo son. En general, estas piezas salieron de Córdoba en el siglo XI. No ocurre lo mismo con otros elementos (el cervatillo del Museo Arqueológico Nacional, por ejemplo), cuya salida de la ciudad sí es reciente.

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